Saturday, February 2, 2013

El bolso que me traje de Génova


Continúo desarrollando mi habilidad adquirida para adaptarme económicamente al país donde resido. Ya le he dado al emprendizaje de lo lindo. Y como empresario que soy ahora, viajo de vez en cuando con el dinero que me reportan mis pingües beneficios (conseguidos en tiempos de crisis a base de tirar de ERE), donde lo mismo mi destino es Génova, como en otras ocasiones Suiza.

No viajo nunca en low-cost, por miedo al overbooking. (Nota: Overbooking, en castellano castizo, es algo así como sobre-reserva; no confundir con esperanza de que haya más sobres en la reserva). Me gusta ir en vuelos que tienen primera clase, donde un amable auxiliar de vuelo recoge los trajes o los bolsos para colgarlos en los percheros del armario de gran fondo (reservado, o sea, para nosotros).

No obstante, ha de quedar claro que soy un trabajador que crea riqueza para el país de forma desinteresada y que no pretende tener mayor influencia que el resto en la política y gestión del mismo. A otros les dejo que se dediquen a la diversión; mientras yo me dedico al laburo de forma constante, no Mato el tiempo en fiestas donde hay un derroche de confeti.

Además, contribuyo a la sociedad del bienestar ayudando a aquellos que tienen minusvalías varias; lo mismo un día ayudo al aquejado de ceguera congénita (o con jeta) que al que padece de sordera o sordomudez sobrevenida.

Creo que soy un ciudadano que hace lo correcto ¿Existe algún problema? Al menos a mí no me consta.